Libros. Ése fue el preciado cargamento que hace algunas semanas la Coordinación Regional de Bibliotecas Públicas embarcó rumbo a Puerto Toro, en la isla Navarino, territorio perteneciente a la comuna de Cabo de Hornos en la región de Magallanes. A cargo del funcionario de la Dibam Ariel Reinuaba, cerca de trecientos ejemplares, de las más diversas temáticas, fueron entregados a los pescadores que laboran en la boca oriental del Canal Beagle.

Durante una semana, a mediados de octubre, Reinuaba permaneció junto a una delegación de la Dirección Zonal de Pesca, liderada por el director Gonzalo Rubilar, a bordo de una lancha en la que se desplazaron por las áreas de faena y atraque en que se mantienen los pescadores, en Puerto Toro, con la finalidad de entregar información relativa al sector, lo que se complementó con la iniciativa de promoción de la lectura desplegada por la Coordinación Regional de Bibliotecas Públicas.

Una veintena de libros usados contenían los paquetes entregados a cada una de las embarcaciones que permanecían en el lugar, cada una con cuatro tripulantes en promedio, donde hacen su vida a bordo hasta por siete meses. Especialmente en los momentos de ocio, mientras están embarcados, la lectura de libros, revistas y folletines, "que se gastan de tanto hojearlos" según indicó uno de los pescadores, se convierte en la mejor compañía, razón por la cual los ejemplares donados fueron altamente cotizados por ellos.

"Nuestro objetivo es dar un paso adelante en asegurar el acceso al libro en lugares aislados de nuestra región", comentó al respecto la coordinadora Regional de Bibliotecas Públicas, Isabel López, quien destacó que aquí hay una tarea aún pendiente frente a localidades como esta, que a veces quedan a trasmano de la inversión pública por su reducida población. "Tenemos la responsabilidad de lograr que las bibliotecas también lleguen con sus servicios a territorios aislados, por eso estoy convencida que debemos trabajar para que Puerto Toro cuente con un Punto de Préstamo que permita a sus habitantes, permanentes y de paso, contar con acceso al libro y la lectura como cualquier ciudadano de nuestro país", manifestó.

En tanto, el funcionario Ariel Reinuaba valoró la oportunidad de ser el encargado de concretar esta iniciativa: "Este es un lugar al que no muchos pueden llegar, estuvimos en Puerto Toro e Isla Picton, navegamos por los canales, fue una experiencia maravillosa" indicó. Asimismo, Reinuaba enfatizó las difíciles condiciones que deben enfrentar diariamente los pescadores. "Su vida es muy dura y rutinaria, viven en sus embarcaciones y llegar hasta allá con estos libros les permite volar, soñar, aprender nuevas cosas, a la vez que recrearse, allá uno se da cuenta de lo esforzado que este trabajo, porque están lejos de su casas, en condiciones climáticas extremas durante meses".

Las sucesivas recaladas para aprovisionamiento, reparaciones o capear el mal tiempo, congregan en Puerto Toro a unas 30 embarcaciones, en períodos de faena que se extienden entre los meses de febrero y noviembre, coincidiendo con las temporadas de centolla y centollón. Con esto, más de un centenar de personas constituyen, literalmente, la "población flotante" de esta localidad ubicada a unos 50 kilómetros al este de Puerto Williams, la que con apenas una quincena pobladores residentes "en tierra" constituye el rincón poblado más austral de nuestra geografía.